Adriana Guzman Rouselle es la abogada principal de su firma de abogados de inmigración en Bradenton, fundada en 2005 con el objetivo de servir con profesionalismo y brindar atención personalizada a cada caso desde el principio hasta el final. Nacida en Bogotá, Colombia, Adriana obtuvo su título de abogada en la Universidad Externado de Colombia, y posteriormente asistió a la UUniversidad de Derecho de Syracuse en Nueva York, donde obtuvo su licencia de abogada del estado de Nueva York.
A lo largo de su carrera, ha representado a aproximadamente 3000 clientes y en su práctica de inmigración ha obtenido exitosamente las exenciones de alrededor de 1200 de sus clientes, con una tasa de aprobación del 99,99%. Adriana habla con fluidez tanto español como inglés, lo que facilita la comunicación con la población latina.
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Tuve una mala experiencia en este bufete de abogados. La abogada parecía siempre apurada, centrada en su siguiente cliente y cobró extra por una consulta adicional. No la recomendaría.
La cita estaba programada para las 11:30 am pero me llamaron a las 12:05 pm, mostrando impuntualidad. La abogada fue irrespetuosa e interrumpió mi explicación de la situación, un comportamiento muy poco profesional. La cita con ella no proporcionó ningún valor para el costo. Le daría 0 estrellas si pudiera.
Es importante ser críticos con los servicios de un bufete de abogados. Aunque no todos estemos satisfechos, si notamos numerosas críticas negativas, deberíamos ser precavidos, ya que nuestro dinero es valioso y existe mucha deshonestidad. Siempre debemos considerar si realmente vale la pena.
Tuve una mala experiencia con este bufete. Me cobraron $1200 para que me acompañaran a ciudadanía, pero tuve que pagar extra para imprimir y traducir documentos. No hubo empatía y finalmente pedí un reembolso y decidí seguir adelante sola.
La abogada no es recomendable, solía tomar casos de inmigración sin evidencia suficiente y sólo para ganar dinero. En un incidente, tomó un caso de inmigración sin pruebas sólidas, cobrando $4500 y no pidió fianza en la corte como prometió. En lugar de proporcionar asistencia legal adecuada, abusó del temor y la falta de conocimiento legal de sus clientes.
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